Es casi seguro que al mencionar Transilvania, de manera inmediata lo relacionemos con oscuros castillos medievales, vampiros y criaturas de la noche. Si bien es cierto que el cine y la literatura le han descrito en muchas ocasiones como un lugar sombrío, este territorio rumano sorprende con una imagen por completo distinta.

A solo 2 horas en auto desde Bucarest, Transilvania se nos presenta como una región de extraordinaria belleza. Su paisaje acoge a los visitantes en un entorno natural protagonizado por suaves colinas, lagos y frondosos bosques. Es además una de las regiones del viejo continente donde se ubican las ciudades medievales mejor conservadas, así como también el hogar de un patrimonio natural de gran valor.

En especial, recorrer este territorio rumano nos permite descubrir una parte importante de la historia de Europa. Al transitar algunas de las villas de la Edad Media mejor preservadas del continente, nos acerca a los rasgos más distintivos de esa época, disfrutando de un emocionante viaje al pasado.

Brașov

Entre las ciudades más visitadas de Transilvania y Rumanía se encuentra Brașov. Contar con numerosos monumentos de gran valor histórico así como con una situación geográfica muy favorable para vacacionar en cualquier época del año, la convierten en un sitio muy interesante.

De manera general, su arquitectura nos acerca a su pasado barroco con fachadas y edificaciones muy bien preservadas. Además de casas, plazas y torres con siglos de antigüedad, Brașov alberga uno de los monumentos más importantes del país: la Iglesia Negra. Se trata de la iglesia gótica más grande de Rumanía, construida entre los años 1383 y 1477. En 1689 un incendio oscureció sus paredes y de ahí su sobrenombre. Sin embargo, guarda en su interior elementos de gran belleza. Galerías barrocas, pórticos góticos, estatuas, murales, objetos de siglos pasados, colecciones de arte y un órgano de 4000 tubos del siglo XIX forman parte de su valioso tesoro patrimonial.

Sighișoara

Declarada por la UNESCO desde 1999 como Patrimonio de la Humanidad, Sighișoara es otra muestra de la gran belleza de la región histórica de Transilvania. Sin dudas, su principal atractivo es su casco histórico. El excelente estado de conservación con el que mantiene las características de una ciudad medieval fortificada, le ha valido numerosos reconocimientos representando una de sus joyas mejor valoradas.

Quienes decidan visitar esta adorable villa no pueden dejar de conocer la Torre del Reloj, construida en el siglo XIV. Con sus 64 m de altura puede verse desde cualquier punto de la ciudad, sirviendo como referencia para los excursionistas. En su interior se encuentra el Museo de Historia de Sighișoara y desde su mirador se obtienen las mejores panorámicas de los alrededores.

Cluj-Napoca

Considerada la capital de la región histórica de Transilvania, Cluj-Napoca también es admirada por su gran belleza. Como principal punto de interés turístico podemos mencionar su casco antiguo, donde es posible acceder a elementos de gran valor patrimonial. Entre los más importantes se destaca la majestuosa iglesia de San Miguel, valorada como una de las más distinguidas representaciones del estilo gótico en la nación.

De igual modo, Cluj-Napoca nos acerca a los encantos naturales de esta especial región. El Jardín Botánico es muy visitado por los turistas para, entre otras razones, disfrutar el contacto directo con la naturaleza. Inaugurado en 1920, ofrece la oportunidad de descubrir la belleza de la flora rumana a través de interesantes colecciones. Jardines, museos, invernaderos y herbarios invitan a vivir una experiencia inolvidable.

Sibiu

En el corazón de Transilvania se encuentra la ciudad de Sibiu, reconocida como un importante eje económico y cultural durante la época medieval. Al igual que las ciudades mencionadas anteriormente, Sibiu cuenta con un centro histórico de gran belleza donde se emplazan sus monumentos más emblemáticos.

Como parte de los sitios más atractivos debemos mencionar la Torre del Ayuntamiento. Se trata de una de las edificaciones más famosas de la ciudad cuya construcción se remonta al siglo XIII. Subir hasta su mirador es prácticamente obligatorio ya que desde allí se obtienen las mejores vistas de la villa.

Otro de los lugares de inevitable visita es la Catedral de la Santa Trinidad. Nos referimos a una de las catedrales ortodoxas más grandes del país, levantada entre 1902 y 1904. Su arquitectura se destaca por su estilo bizantino cuyo interior se encuentra exquisitamente decorado.

Entre las paradas imprescindibles no puede faltar la visita al Museo Nacional Brukenthal. Erigido en 1785 como residencia para el gobernador de Transilvania, a día de hoy es reconocido como uno de los museos más antiguos de Rumanía y del mundo. Atesora una valiosa colección de obras de arte considerada una de las mejores del país con piezas de grandes artistas como Rubens y Van Dyck.

Rumanía guarda invaluables tesoros que nos ayudan a descubrir una parte de Europa a veces muy poco conocida pero tan encantadora como sus ciudades más populares. Desde aquí te aseguramos que un viaje a estas villas se convertirá en una experiencia inolvidable.